La pesca de la lubina en la costa onubense
Llegadas las primeras aguas en noviembre, los pescadores de curricán ligero, empiezan a especular sobre como irá la temporada.
Si será temprana o por el contrario tardarán en llegar las grandes piezas.
Lo cierto es que hasta que no haya llovido en cantidad y las aguas se hayan movido, el salir a los róbalos será cosa de paciencia y pesca escasa. Ya cerca de las fiestas navideñas será otro tema distinto, y si las condiciones meteorológicas son buenas, puede uno soñar..
Entre Punta Umbría y La Antilla (Lepe), existe un roquedal de varios km de extensión que está cercano a la costa. Las piedras están justo enfrente del Puerto del Terrón y están situadas a partir de los 4 metros de fondo hasta los 10/15 m. Es una zona espléndida en lo que a róbalos se refiere y no es difícil conseguir capturas.
El saber las corridas más fructíferas y en las que se da el pescado de más talla es ya más complicado, pero al cabo de navegar una y otra vez de aquí para allá, acaba uno convencido de que la mejor corrida es la que se da entre el depósito de agua y el faro del rompido, y mejor de sur a norte. En esta zona hay peces más grandes debido a la abundante vegetación del fondo ( «ramos» ), que dan cobijo a los peces pasto de los que se alimentan los róbalos, las bailas, los pargos y las grandes corvinas.
El tiempo que debe acompañarnos será estable, con vientos flojos del norte. Con el sur flojito también se puede salir, pero no será lo mismo.
Con levante o poniente, mejor será dedicarnos a otras especies.
Por norma general cuando pescamos, llevamos tres cañas caceando, las dos de los lados con 100 metros de línea largados y la del centro con 65 m.
Los señuelos serán artificiales de 7 a 14 cm. variando el color en función del agua.
Por las mañana temprano va muy bien la negra de rapala (S) y a horas medias del día los colores sm ,gm y como no «la colora» el gfr (sin duda nuestro color preferido, pues nos ha dado muchos pescados y cuando otros colores no van, ella no suele defraudar). Otro color que últimamente nos va muy bien es el bmu.
El nailon con el que pescamos es del 0’28 de buena calidad, se puede llegar hasta el 0’30, pero si las aguas están claras pescarán menos.
La velocidad de la embarcación estará también en función de las aguas, a más tomadas menor velocidad (2 ‘ 5 – 4) nudos y si están claras a 5 o 6 nudos.
Cuando el pescado no come bien, no está de más pegar pequeños acelerones, muchas veces la lubina va detrás del señuelo y hasta que éste no cambia su movimiento constante no se decide a atacar, pero esto sólo es necesario cuando las picadas escasean.
Otras veces nos daremos cuenta que la mayor parte de las picadas se producen en la misma zona.
Es el momento de parar la embarcación y quedarnos a la deriva encima de la piedra, será el momento de sacar las jensen y empezar a sacar róbalos y muchas veces los más grandes se dan de esta forma.
Las mareas robaleras de esta costa son altas, mareas muy vivas con coeficientes por encima de 0’75, se pesca mejor a la subida y a la bajada que en parada, momento idóneo para la pesca de la corvina, que es cuando entra en acción.
¿Por qué?, la lubina es muy rápida a la hora de atacar y no le influye la corriente de la subida o de la bajada, al revés, la beneficia, sin embargo la corvina es lenta (no se debe curricanear a mas de 2’5 nudos para tener éxito con ellas), de ahí que se dediquen a embolsar cardúmenes en los ramos, en los momentos anteriores a la parada, para durante ésta, pegarse el festín.
Durante el embolsamiento de los cardúmenes no suelen atacar los señuelos, pero si ven que éste se sale de la zona de vegetación entonces si que pican intentando no permitir la huida de los bancos.
Anécdota lubinera:
Harto de ver manchas de pescado en superficie y contrastar que eran róbalos, intentábamos curricanear cerca del banco sin ningún éxito, después de comentarlo con un amigo pescador, nos dijo: para el motor antes de llegar al cardumen y deja que se meta el barco sólo dentro del banco, una vez hecho esto, tirabas, sacabas 2 ó 3 y se iba el banco, al poco volvías a verlos a 100 metros, repetición de la jugada y problema solucionado.